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Un escondite muy especial...

Un proyecto de los que nos encantan. Los proyectos de principio a fin , los que empiezan en un papel en blanco y terminan en la ejecución final. Qué suerte tener clientes que nos dejan imaginar y también implementar. Y en esta ocasión, además del concepto, también nos encargamos del interiorismo del hotel.

 

El Barri Gotic de Barcelona es un laberinto de historia y actualidad. Es un lugar de claroscuros, de patios y de luz y callejones. De calles estrechas pero llenas de vida

 

El hotel es un pequeño tesoro, casi un escondite. Es un redescubrimiento de un palacio típico del barrio gótico. Una pequeña joya arquitectónica con una entrada pequeña por la que acceder a un luminoso patio, un lugar lleno de pasillos oscuros con puntos de luz puntual que marcan el camino a las habitaciones. Recovecos y pequeñas estancias donde pasar las horas.  Y con el protagonismo de un gran lienzo dinámico ( video wall de baja intensidad) de figuras geométricas y motivos modernistas catalanes que recuerdan de forma abstracta y decorativa la imaginería de Barcelona.

 

Una colección fotográfica del fotógrafo Ely Sanchez que recoge detalles y momentos en los que los suelos de Barcelona son los grandes protagonistas. En general una decoración y mobiliario monocromático para crear un ambiente oscuro y acogedor, como el propio barrio.

A very special hideaway...

A project that’s right up our alley. We’re all about those from-scratch journeys—starting with a blank canvas and seeing it through to the final reveal. It’s a privilege to work with clients who let us dream big and execute even bigger. And this time, we not only brought the concept to life but also handled the interior design of the hotel.

Barcelona’s Gothic Quarter is a maze of history and modernity, a place of contrasts—courtyards, light and shadows, narrow streets bursting with life.

 

The hotel itself is a hidden gem, almost like a secret hideaway, a reimagining of a classic Gothic Quarter palace. It’s an architectural treasure: a modest entrance that opens to a luminous courtyard, dark corridors punctuated by warm lights guiding guests to their rooms. The spaces are layered with nooks and cozy corners for lingering. A striking dynamic canvas—a soft-lit video wall—brings geometric and Catalan modernist motifs to life, abstractly recalling Barcelona’s unique spirit.

 

The interiors also showcase a photo series by Ely Sanchez, celebrating those iconic Barcelona floors that tell so many stories. The décor and furnishings are intentionally monochromatic, creating an inviting, moody feel, just like the Gothic Quarter itself.

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